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El tabaquismo es uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo y progresión de la enfermedad periodontal. La relación entre el tabaquismo y la enfermedad periodontal se debe a varios mecanismos:

1. Reducción del flujo sanguíneo: El tabaco provoca vasoconstricción, lo que reduce el flujo sanguíneo en las encías. Esto afecta la capacidad del tejido periodontal para recibir nutrientes y oxígeno, debilitando la respuesta inmune y favoreciendo la acumulación de bacterias patógenas.
2. Alteración de la respuesta inmune: El tabaquismo compromete la función de las células del sistema inmunológico, lo que dificulta la eliminación de bacterias y aumenta la susceptibilidad a infecciones. Además, reduce la capacidad de cicatrización y reparación de los tejidos.
3. Aumento de la producción de placa bacteriana: Los fumadores tienden a tener una mayor acumulación de placa bacteriana, lo que incrementa el riesgo de desarrollar gingivitis y, si no se trata, puede progresar a periodontitis.
4. Impacto en el tratamiento periodontal: Los pacientes fumadores tienen una respuesta menos favorable al tratamiento periodontal en comparación con los no fumadores. La cicatrización postoperatoria es más lenta y menos efectiva, lo que puede llevar a una mayor pérdida ósea y a la progresión de la enfermedad.

En resumen, el tabaquismo no solo aumenta el riesgo de desarrollar enfermedad periodontal, sino que también complica su tratamiento y empeora el pronóstico. Dejar de fumar es una de las medidas más efectivas para mejorar la salud periodontal y la respuesta al tratamiento.

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